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El cuidado de la piel es algo que debe formar parte de cualquier rutina a cualquier edad, especialmente la del rostro. Sin embargo, por mucho que se proteja adecuadamente, la genética y el paso del tiempo pueden comenzar a dejar su huella poco a poco. En la actualidad existen muchos tratamientos de rejuvenecimiento facial, como la radiofrecuencia, que reduce la flacidez y borra las líneas de expresión. Lo que debes saber es que hay diferentes tipos según la tecnología y la frecuencia que se use, por lo que, para salir de dudas, vamos a conocer la diferencia entre radiofrecuencia Indiba y la tradicional.
Indiba es un procedimiento no invasivo e indoloro cuyos resultados son visibles desde la primera sesión. Su funcionamiento es sencillo: con su aplicación se incrementa, de manera controlada, la temperatura de los tejidos hasta llegar al interior de las células de la piel. Esto genera su activación, lo que consigue el aumento de la oxigenación de los tejidos y del riego sanguíneo, al mismo tiempo que se estimula la producción de colágeno y elastina.
¿Y todos estos efectos qué consecuencias tienen para la dermis? Para empezar, gracias a la radiofrecuencia Indiba, es posible eliminar las líneas de expresión, las bolsas y ojeras, y también mejora la apariencia de las arrugas. Y no solo eso, también tiene un efecto reafirmante, por lo que es posible redefinir el óvalo facial y reducir la papada.
La característica principal de Indiba es que utiliza una radiofrecuencia concreta, en particular de 448 kHz. Esto hace que tenga una serie de ventajas sobre la piel que otras radiofrecuencias no pueden aportar.
La característica principal de Indiba es que respeta la integridad de los tejidos. Otras radiofrecuencias convencionales basan su funcionamiento en la destrucción de estos para desencadenar una respuesta en el organismo que hace que se forme colágeno cicatrizal. Es un método efectivo con el que se consiguen buenos resultados, pero, solo duran unos meses ya que llega un momento en el que se agotan los recursos del cuerpo. Sin embargo, Indiba logra un equilibrio entre las células y la producción natural de colágeno.
Esto se consigue, y he aquí otra diferencia entre Indiba y radiofrecuencia tradicional, con el uso de una frecuencia específica. De esta forma, no se aplica calor sobre la piel, sino que se transmite temperatura gracias a la emisión de energía. Esta, al entrar en contacto con nuestro cuerpo, consigue que se cree una respuesta que es la que genera temperatura interna. Así, al no suministrar calor, se respetan todos los tejidos y no se destruyen. ¿Qué efectos tiene esto? El primero es que el colágeno que ya existe en la piel se compacta y se sintetiza, por lo que será más duradero. Y el segundo: aumenta la síntesis de colágeno y elastina, lo que mejora el tono, la firmeza y la tersura de la dermis.
Por si todo esto fuera poco, la radiofrecuencia Indiba también descompone la grasa, de tal forma que esta sale del adipocito para llegar al torrente sanguíneo y ser eliminada de manera natural por el organismo. De ahí que se use, por ejemplo, para reducir la papada y el doble mentón.
Con Indiba se pueden tratar desde las líneas de expresión, las marcas de acné, la flacidez y la falta de hidratación, entre otros, pero, lo que la hace más efectiva frente a otras radiofrecuencias es que sus resultados se prolongan más en el tiempo. Y no solo se emplea en el rejuvenecimiento facial, sino que puede utilizarse en todo el cuerpo para recuperar la firmeza y elasticidad de la piel.
Si saber más sobre los beneficios del tratamiento indiba facial, ponte en manos de nuestros especialistas para que puedan asesorarte. En Eternal Beauty Clinic tienes profesionales que te informarán sobre todos los procedimientos con radiofrecuencia, incluida Indiba, así que no dudes en consultarles.
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